Desde la humildad de una panadería, no nos creeremos con la autoridad de debatir sobre la GLOBALIZACIÓN, ni siquiera nos permitiremos entrar en discutir apartados políticos, culturales o sociales, mas allá de lo que puede llegar a afectarnos en la SALUD por la ALIMENTACIÓN.
Cada día tenemos menos control de lo que compramos para comer, mucho menos lo tendremos de lo que nos ponen de comer. Las grandes multinacionales cumplen con su objetivo principal, el único que los mueve, el objetivo ECONÓMICO.
Sin ir mas lejos, grandes grupos de compras del sector hostelero, dan créditos a sus clientes, solo con el fin de tenerlos PRISIONEROS de su catálogo de productos. De esta forma, se ven obligados a comprar solo lo que esté en el catálogo de este proveedor, perdiendo desde ese momento toda posibilidad de exigir un producto de calidad garantizada. Gracias a Dios, todavía quedan restauradores que no han tenido que llegar al punto de “endeudar” su establecimiento, y poder ser libres ante las compras.
Solo nos fijamos cuando tenemos frente a nosotros una gran catástrofe, epidemia o plaga, el caso de las Vacas Locas, la Gripe Aviar, son claros ejemplos de las consecuencias de la GLOBALIZACIÓN, pero ¿por qué no somos capaces de fijarnos en las pequeñas cosas, en el día a día?. Somos muchos los que cuando charlamos entre amigos o en familia, hablamos del incremento de las enfermedades, el cáncer, las enfermedades nerviosas, culpamos de ello a los nuevos tiempos, sin pararnos a pensar en que aunque no podemos arreglar el mundo, quizás podemos protegernos un poco y proteger a nuestra familia.
No tenemos que caer en el catastrofismo, de la GLOBALIZACIÓN, suponemos que se podrán extraer cosas positivas, y según desde el punto de vista que se mire, cada uno tendrá su opinión, cada uno tendrá su lado positivo o no, pero existen algunas PEQUEÑAS cosas, que solo dependen de nosotros.
Las empresas de ALIMENTACIÓN, tomamos la decisión de qué materia prima queremos utilizar y tenemos el poder de decidir, qué queremos dar a nuestros clientes, sabemos que podemos escoger entre los más cercanos a nosotros. En nuestro caso, en una gran cantidad de productos, como los panes especiales, las empanadillas, las pizza…contienen verduras de NUESTRA HUERTA, llegando incluso a comprarlas al VECINO de nuestra zona.
Si pudiéramos ilustrar este documento con fotos de la recepción de la verdura como materia prima, comprenderíamos que tenemos la huerta en casa, que la tranquilidad que nos invade el cuerpo cuando tenemos que fabricar Pasteles de Berenjena y hemos visto crecer ese gran fruto en el huerto del vecino, o cuando cortamos esa verdura FRESCA. Eso, eso no es solo tranquilidad, eso nos llena de satisfacción, aun a sabiendas de que el COSTE es mayor, tenemos claro que dicho COSTE se ve recompensado en un futuro, porque la SALUD también tiene un COSTE.
La recuperación de recetas de la cocina MEDITERRÁNEA, son otro claro ejemplo de la gestión de compra de MATERIAS PRIMAS, platos típicos de la zona, recetas donde predomina la verdura, los típicos platos que nos hacían nuestras abuelas, y de la misma forma que nos lo hacían ellas.
Podemos elegir, podemos hacer pequeñas cosas, no dejemos que NADIE, sea quien sea, por grande que nos parezca, escoja por nosotros.
Siéntete LIBRE, si alguien tiene que cambiar algo, que no decidan por ti.
