Los alimentos saludables debemos integrarlos en un conjunto de hábitos que actúen en consonancia con los beneficios que nos pueden aportar. De esta forma aprovecharemos todo su potencial y formarán parte de los efectos positivos que necesitamos para mantenernos equilibrados, disponer de un estado de salud óptimo o incluso recobrarla, en el caso de hacer uso de los alimentos como restauradores del equilibrio que hemos perdido. En este contexto, de sobra son conocidos los amplios beneficios de los cereales integrales, ricos en vitamina E, todo el conjunto de vitaminas del grupo B (muy beneficiosas para el mantenimiento del sistema nervioso) y minerales como selenio, zinc, cobre, hierro, magnesio y fósforo. Aportan además hidratos de carbono complejos, proteínas y sustancias protectoras como los lignanos (fitoestrógenos vegetales con propiedades contra las enfermedades cardiacas y el cáncer).
Si ya lo es en cualquier caso para obtener un pan de calidad, resulta más determinante el uso de la masa madre natural para la creación de un pan de Centeno. El proceso de fabricación artesanal del pan de centeno (Harina Integral de Centeno, gluten, agua, masa madre, sal y levadura), favorece la gelatinización de la masa obteniendo un pan que conserva todos los aromas, los matices del sabor de su cereal y mucho más ligero. Suavemente amargo, compuesto principalmente por almidón y pentosas, siendo completamente integral, como el que ofrece La Colegiala, aporta todos los beneficios que hemos comentado.
Siempre asociado a una dieta saludable, es recomendable para cualquier persona no celíaca. Especialmente para aquellas personas que se sientan hinchadas y tengan digestiones pesadas, sustituyéndolo por el pan de trigo. Puede ayudar a prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2, mejorar la circulación y la elasticidad de los vasos sanguíneos y prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Los alimentos integrales mejoran el tránsito intestinal.